Más de 30 dirigentes del Partido Nacional —entre ellos empresarios, alcaldes y diputados— presentaron su renuncia en el departamento de Cortés, lo que desató una crisis política que deja en evidencia la fractura interna del nacionalismo y el debilitamiento del liderazgo de Nasry Asfura Zablah.
Aunque la cúpula del partido intenta presentar el hecho como una “reingeniería”, en la práctica refleja una desbandada en una de sus plazas más estratégicas y un golpe directo al control territorial y financiero del movimiento.
En pocas palabras, se está aplicando una purga a gran escala dentro del principal partido opositor que busca ganar las elecciones el próximo 30 de noviembre, a pesar que las encuestas lo tienen en una lejana tercera posición.
Canahuati, Hawit y Gámez: los rostros del quiebre azul
Entre los protagonistas de la ruptura destacan Mario Canahuati, exprecandidato presidencial en 2008, excanciller en el gobierno del exgobernante Porfirio Lobo. Emil Hawit, en su momento fue gerente general de la ENEE con Lobo y Darío Gámez, exdiputado por Yoro y líder influyente en el Valle de Sula, tres figuras con amplio historial político y empresarial.
Cortés: el corazón azul se resquebraja
El quiebre ocurre en el principal bastión económico y electoral del Partido Nacional. La salida de más de 30 dirigentes locales implica la pérdida de operadores políticos, financistas y liderazgo en gremios empresariales.
Analistas estiman que esto podría reducir entre 4 y 6 puntos la intención de voto nacionalista en el norte, debilitando gravemente la estructura de campaña de Asfura.
Asfura en silencio ante el colapso en el norte
El episodio llega en un momento crítico para un mudo Asfura Zablah, que intenta consolidar su candidatura entre los ecos de corrupción, delincuencia organizada y desgaste heredados de gobiernos anteriores.
Su silencio ante la crisis y las respuestas evasivas del partido agravan la percepción de debilidad y refuerzan la idea de un nacionalismo sin rumbo ni liderazgo.
Un partido que se desmorona
Aunque los renunciantes no enfrentan procesos judiciales vigentes, su salida revive los cuestionamientos sobre el control empresarial, la falta de renovación y la impunidad estructural dentro del nacionalismo, quien no logra reponerse del pesado lastre dejado por el régimen de Hernández.
Lo ocurrido en Cortés confirma lo que muchos ya advertían: el Partido Nacional se desmorona desde adentro, atrapado entre la pérdida de credibilidad, el cansancio ciudadano y la imposibilidad de reinventarse.
¿Quiénes son los líderes nacionalistas purgados?
- Mario Canahuati: Fue expresidente del Cohep y exembajador en EE.UU., ha sido uno de los principales representantes de la élite empresarial nacionalista. Su cercanía con el poder económico y político lo convierte en símbolo de la vieja estructura que hoy el partido intenta maquillar como renovación.
- Emil Hawit: Exgerente de la ENEE, renunció en 2014 en medio de una crisis financiera y denuncias por contratos irregulares. Su gestión marcó uno de los períodos más cuestionados de la estatal eléctrica.
- Darío Gámez: exgerente de la ENP, enfrentó señalamientos por manejo opaco de recursos y negociaciones de concesiones portuarias, lo que erosionó su credibilidad política.